
mi trabajo forzado
Hoy, apenas dos años después de ese momento, recuerdo cómo fue mi segundo parto: una inducción sin epidural. Nada salió como esperaba, aunque finalmente todo salió bien y hoy tengo a mi pequeño Trasto de 2 años a mi lado. Mi pequeña que vino a completar nuestra familia y llenarnos de amor y felicidad. ¡Y bromas!
Aunque ha pasado el tiempo, recuerdo perfectamente cada sensación, incluso el dolor. Pero también la tremenda felicidad que se apoderó de mí cuando vi a mi bebé salir de mi cuerpo. Los miedos, la incertidumbre ante la inducción del parto, un parto que no esperaba, que no era lo que quería. Pero empecemos por el principio. ¿Quieres saber cómo fueron mis dolores de parto? Te lo cuento todo ¡Advertencia, es bastante largo!
¡Estoy embarazada!
Creo que una de las primeras cosas que hace una mujer cuando se entera de que está embarazada es averiguar cuándo nacerá su bebé.
Lo hice en mis dos embarazos, después de hacerme la prueba, celebrarlo y aceptar la noticia, en ambos casos me apresuré a usar una de las tantas calculadoras que se pueden encontrar en internet para saber la fecha aproximada, en la cual, si todo iba bien, conocería a mis bebés.
Hice esto después de la prueba de embarazo de Trasto. Ingresar la fecha de mi último período me dio como vencimiento esperado el 16 de diciembre de 2017.
¡Que tan bien! Cuando decidimos tener otro hijo, pensamos que nos gustaría que naciera más o menos en la fecha que tuvo su hermano. Gordito nació el 12 de noviembre, así que la mudanza nos fue bien.
A mi marido y a mí nos gusta mucho el otoño, por eso estamos encantados de que nuestros dos hijos nacieran en esta época del año.
También somos muy navideños, ya se notaba. Nos encanta la Navidad, la decoración de la casa, el ambiente en las calles… es nuestra fiesta favorita. Entonces, si miramos la fecha en que nacería nuestro hijo Esas Navidades que pensábamos que iban a ser inolvidables.
Un comienzo lleno de baches que no he vuelto a vomitar en mi vida!
El embarazo empezó bastante mal. Las náuseas y los vómitos me acompañaron durante muchas semanas. eran algunos meses muy dificiles.
Pero una vez pasada esa fase, el embarazo transcurrió muy bien, aunque parecía que nunca terminaría o mejoraría. No tenía más que las dolencias habituales de la época, las dolencias de la barriga que crece, dificultad para moverme y dormir, y poco más.
Sin problema ni miedo. Agregamos semanas al embarazo. Me sentí bien, enérgico y ansioso por conocer al nuevo miembro de nuestra familia.
En pleno embarazo nos mudamos a provincias. Comenzamos una nueva vida en un lugar diferente, y Trasto llegaría pronto para acompañarnos en esta aventura.
Y llegó el otoño.
Y así llegó por fin el otoño. Ya sabíamos que era otro chico y finalmente acordamos elegirle un nombre. Todo estaba preparado para su llegada, sólo faltaban días para tachar el calendario.
Ya pasó el cumpleaños de Gordito y después de esa fecha ya estaba deseando que llegara el momento del parto.
Mi primer embarazo se retrasó 8 días. Pero esta vez estaba convencido eso no volveria a pasar. La segunda vez, creyó que todo se resolvería más rápido que entonces. Mi cuerpo ya sabe lo que es dar a luz, así que ahora no me hará esperar tanto, pensé. ¡No quiero ninguna inducción!
¡Ay, me engañaste! No sabía qué esperar 🙈.
Las cosas no siempre salen como esperamos. ¡Casi nunca!
Mi primera maternidad me cambió. Gordita me descubrió lo que significaba ser una madre que La vinculación, la lactancia materna, dormir juntos.
Opciones que no había considerado antes de tenerlo en mis brazos, pero que surgieron naturalmente en nuestra familia. Una forma de crianza con la que me sentía cómoda y totalmente identificada. esta vez ya Tenía claro cómo quería hacer las cosas y aún más claramente las cosas por las que no quería pasar.
Para la entrega de Trasto Quería que el parto fuera lo más natural posible.. Sin intervenciones médicas innecesarias, sin oxitocina ni epidurales. Lo contrario de un parto inducido.
Mi Plan de Parto.
En mi primer parto no me libré a pesar de muy buena dinámica de contracción y dilatación a buen ritmo puso el goteo de oxitocina sin darme ninguna explicación. A partir de ese momento, las contracciones se hicieron aún más insoportables y mis miedos como madre primeriza me hicieron pedir una epidural. Aún así, no me quejo, mi primera entrega fue rápida y todo salió bien.
Pero esta vez tenía más información, además de la experiencia previa de mi otra entrega. Ya sabía a lo que se refería. Esta vez confié en mi cuerpo. Y lo mas importante, quería otro parto vaginal. Tenía mucho miedo de una cesárea. No por el procedimiento en sí, sino porque una cesárea significaba más días en el hospital y una recuperación más lenta.
Ahora tenía otro hijo en casa. Y mi deseo era que todo saliera bien en el…